jueves, 17 de enero de 2008

Vida y época de Michael K.

LECTURAS
(elo.103)

VIDA Y ÉPOCA DE MICHAEL K.
J.M.Coetzee
Alfaguara, 1.983

Extraña novela ésta de Coetzee, que podría definirse como oscura y esotérica, de difícil acceso, en donde su significado último, no se encuentra al alcance de cualquiera, en el supuesto caso, de que éste sea, captar lo que el autor haya querido comunicar, el objetivo de cualquier lectura. Parece evidente que se trata de una parábola, pero el trasfondo de la misma, parece esconderse en los meandros de la propia narración, en la aridez de los paisajes y de los personajes. ¿Qué nos quiere decir Coetzee? Esta es la pregunta que de forma constante se realiza el lector mientras acompaña al protagonista en sus desventuras, sin poder señalar con claridad hacia ningún lugar concreto. La desolación impregna toda la obra, y también la desesperanza, no apareciendo otra salida, que la vuelta a los orígenes, que se encuentra en la unión del hombre con la naturaleza. Una Sudáfrica en llamas, en eterna guerra, en donde un individuo marginal, insignificante, intenta encontrar un lugar apartado de todo en donde poder vivir. Ese lugar lo encuentra en pleno desierto, en una finca abandonada en donde vive como un animal, de lo que la propia naturaleza le va proporcionando. ¿Esta es la solución que el autor aporta al conflicto sudafricano? ¿Ante los abusos, ante la decadencia de una sociedad cerrada y xenófoba, la vuelta a los orígenes? Creo que sí, que Coetzee, ante la desesperación con la que observa la realidad de su país, opta, al verse impotente ante la misma, precisamente por eso, por una vuelta a los orígenes, en donde el hombre y la naturaleza vuelvan a vivir en perfecta simbiosis, lejos de las mentiras que ese mismo hombre ha ido creando con el tiempo, mentiras y creencias, que hacen inviable la existencia, al menos una existencia dotada de la dignidad suficiente, como para poder ser afrontada.
La novela está escrita en tercera persona, mostrando el narrador a alguien que busca encontrar esa dignidad en las pequeñas cosas, a un perdedor, que trata de hallar un hueco en el mundo en donde poder sobrevivir, aunque éste se encuentre apartado de todo y de todos. Ese alguien, el protagonista, K., parece que ha llegado a la conclusión, de que la sociedad no le puede aportar nada, salvo exclusión, por lo que trata de localizar ese lugar en donde poder ser minimamente feliz. La obra está dividida en tres capítulos, siendo el segundo una especie de paréntesis, pues está escrito en primera persona, siendo la voz que narra, no la del protagonista, sino la de un médico que trata a K., cuando éste se encuentra internado en una especie de campamento. Éste, desde un primer momento observa que K. es un individuo singular, diferente a todos, y diferente porque parecía vivir en otro mundo, apartado de la feroz vorágine que atenazaba a la sociedad sudafricana. Cuando el protagonista escapa, y se cierra el paréntesis del segundo capítulo, éste comprende, que en la ciudad en donde había habitado durante toda su vida no tiene futuro, soñando con volver al desolado desierto en donde al menos había creído encontrar algo diferente.
Novela desasosegante, extraña como dije en un principio, pero novela que se deja leer, y que hace comprender al lector, que Coetzee es un escritor diferente, de esos que en lugar de apostar por lo cómodo, por el aplauso fácil, prefiere encaminarse con su sobria prosa, que siempre se encuentra al servicio de las historias que presenta, por los senderos intrincados de sus preocupaciones y obsesiones, lo que siempre es de agradecer, aunque ello implique, que muchas de sus obras, no lleguen a ser tan redondas como sin duda merecería su calidad literaria.

Viernes, 21 de diciembre de 2.007

No hay comentarios: