lunes, 29 de abril de 2013

After dark

LECTURAS
(elo.276)

AFTER DARK
Haruki Murakami
Tusquets, 2004

Hasta la lectura de esta novela, había mantenido una opinión bastante negativa sobre la literatura de Murakami, y eso a pesar, de voces cercanas que me decían que era uno de los novelistas más interesantes e innovadores que estaban publicando en la actualidad. Estimaba que sus novelas eran demasiado crípticas, y que sus historias, cuando se conseguían descifrar, en contra de lo esperado, resultaban bastante banales, estando más cerca de los libros de autoayuda que de la complejidad poliédrica de nuestra realidad. Acabo de leer “After dark”, y aunque al principio me quedé con el mismo sabor de boca que cuando leí “Kafka en la orilla” o “Al sur de la frontera, al oeste de sol”, me sorprendió cuando me paré a analizarla con detenimiento, ya que la novela me estalló entre las manos, lo que me obligó a pensar que las lecturas que con anterioridad había efectuado del autor no fueron acertadas, dejándome al descubierto que llegué a ellas cargado de prejuicios que ahora se han desvanecido por completo, y que me tienen que obligar a releer con otros ojos la obra del japonés, o lo que es lo mismo, con los ojos más abiertos. Hace no mucho escuché a un crítico decir, con respecto a Murakami, que se trataba de un peso pesado medio, lo que sin duda significaba, que se trataba de un escritor que a pesar de estar literariamente muy capacitado, no conseguía entrar en el club de los mejores, en el que se encontraban los novelistas de referencia, pero que sí poseía un lugar asegurado en esa segunda fila, tampoco muy poblada, hasta la que sólo se puede llegar mediante la calidad y el buen hacer. Me llamó la atención que ese crítico encajara a Murakami en ese estadio, pues como dije más arriba, no tenía muy buena opinión del japonés, al que situaba entre aquellos escritores de moda, circunstanciales, al que para colmo le ayudaba, y mucho, su exótica forma de hacer literatura.
Debido a esos prejuicios, que evidentemente se sustentaban en una mala lectura, trataba de evitar acercarme a sus novelas, pues para colmo tampoco me interesaban sus escenografías, en donde la sombra de Kafka siempre volaba demasiado bajo, de un Kafka menor, creando guiños e imágenes que por supuesto quedaban bien de cara a la galería, creando inquietud en la trama, pero que final, y esa era mi opinión, sólo conseguían ocultar la debilidad de las mismas.
“After dark” es una novela extraña, como casi todas las del autor, que habla de la necesidad que una joven tenía de salir de su mundo, aunque sólo fuera por una noche, ya que en él se veía y se sentía insignificante. Para ello Murakami crea un escenario perturbador, el de la otra ciudad, el que queda cuando parte el último tren de la noche, en donde todo resultaba distinto. La novela se narra desde un extraño “nosotros” que tiene la capacidad de observarlo todo, incluso a través “de los ojos de un ave nocturna que vuela muy alto”. El escenario creado resulta inquietante, y también la narración, pues paralelamente a la historia troncal, se narra una extraña y kafkiana subhistoria, que al final se intuye que consiste en un sueño, en el sueño que de forma obsesiva tiene la hermosa hermana de la protagonista, que llevaba, por decisión propia, dos meses durmiendo cansada de la vida que llevaba, pero a la que curiosamente todos envidiaban. Es una novela que habla de muchos mundos sobrepuestos, de la soledad y del ensimismamiento, del aislamiento que todos padecemos en las funcionales ciudades que habitamos. Pero al mismo tiempo también lo es de esperanza, pues todo consiste, según parece querer decir el autor, en que es necesario salir del agujero en que cada cual se encuentra instalado, para poder observarlo todo desde una perspectiva más adecuada. Prueba de lo anterior, es que los dos protagonistas de la novela, al final de la misma, se encuentran dispuestos a comenzar una nueva vida.
No obstante, me parece demasiado débil el mensaje optimista que aporta, excesivamente zen para el desolador cuadro que expone, pero tengo que reconocer que el lienzo que deja está bien pintado, con una prosa concisa y eficaz, sin ornamentos de ningún tipo que hace posible que la novela se deje leer sin contratiempos, que es posiblemente lo que busquen los nuevos lectores que van surgiendo, que con toda seguridad, serán los mejores seguidores del japonés. También hay que destacar que la literatura de Murakami está repleta de imágenes, de imágenes que se quedan grabadas en la mente del lector, en donde se puede apreciar una notable influencia cinematográfica, pues el autor, con una enorme economía de medios, de medios literarios, busca siempre el camino más fácil, pero al mismo tiempo el más impactante, sin perderse en ningún momento en digresiones que pudieran perturbar o enturbiar dicho objetivo. Lo anterior quiere decir que la suya es una literatura innovadora, cuyo principal defecto puede que sea, lo descompensado que se encuentran los temas que trata con respecto al “aparataje” que utiliza para mostrarlos, lo que también, no cabe duda, se encuentra a la altura de los tiempos que vivimos.
Dicho lo anterior, creo que a partir de ahora leeré desde otra óptica las novelas que me lleguen de él, pues “After dark” me ha servido, al menos, para modificar la visión que hasta ahora había mantenido sobre Murakami, al que consideraré tal y como realmente es, como un interesante novelista.

Sábado, 9 de marzo de 2013

No hay comentarios: