lunes, 10 de septiembre de 2012

Beatus Ille

LECTURAS
(elo.254)

BEATUS ILLE
Antonio Muñoz Molina
Booket, 1986

Desde hace demasiado tiempo tenía interés en leer esta novela de Muñoz Molina, novela que a pesar de ser la primera que escribió, era la única que de él no había leído. Tenía ganas, porque en una primera obra, siempre, o casi siempre, se puede encontrar la apuesta que ese autor está dispuesto a realizar, y el lugar, del vasto territorio de la literatura, al que desea encaminarse. En una primera novela se pone todo lo que se tiene, y a veces más, pues todo autor se juega en ella su futuro. Por eso, porque Antonio Muñoz Molina siempre me ha interesado como novelista, tenía interés en leer “Beatus Ille”, aunque imaginaba, que esa primera novela se inscribiría dentro de su primer periodo, y que sería muy parecida, en el fondo y en la forma a “El invierno en Lisboa” y a “Beltenebros”, que son precisamente las novelas, por su carácter “cinematográfico”, que de él menos me han interesando. Para colmo no tenía referencias de ella, no sabía de qué trataba, posiblemente porque es su novela menos leída, y que además de ser difícil de encontrar, hoy sólo se lee por eso, por ser la primera novela de uno de los más importantes novelistas de nuestro país.
Tengo que reconocer que “Beatus Ille” me ha sorprendido, sobre todo su primera parte, pues nunca pude imaginar que se tratara de una novela de tales características, que un autor tan joven, afrontara una aventura de tal envergadura, dejando sobre la mesa todas sus cartas, todas sus influencias, sabedor, que con una novela de este tipo, como mucho, en el mejor de los casos, sólo podría llamar la atención de un puñado de críticos, al tiempo que pasar desapercibido ante el gran público, actitud que puede acabar con una carrera literaria recién comenzada.
Después de leída la novela, no cabe duda que su apuesta estaba dirigida hacia la novela de calidad, a un tipo de literatura que va más allá de contar simplemente una historia, lo que sin duda tuvo que llamar la atención en su momento, al igual que la ambición que se puede encontrar en sus páginas, una ambición suicida sólo posible en un joven de veintiséis años, en un joven apasionado por la literatura.
Al principio me llamaron la atención dos circunstancias, el alambicado estilo utilizado, la complejidad de la forma elegida para contar la historia, la lucha constante que realiza el autor para huir de la linealidad expositiva, y la aparición de un escenario que volverá a aparecer repetidamente en su obra, sobre todo en su novela más importante y emblemática, en “El jinete polaco”. También, y sólo una vez ordenadas todas las piezas de la historia, lo rocambolesca de ésta, lo poco creíble que resulta su elaborada trama, mucho más cinematográfica que literaria, en donde, como ocurre en estos casos, todo cuadra con demasiada facilidad, aunque aportando al final un desenlace no por inesperado excesivamente gratuito.
Sí, porque aunque la novela al principio sorprende, poco a poco se va viniendo abajo, resultando dificultosa, sobre todo porque el tema de la misma carece de la fuerza suficiente como para tirar del lector, para que éste vaya superando las dificultades que va encontrando en la lectura, porque lo importante, y esto lo ha aprendido con rapidez Muñoz Molina, la historia es lo que tiene que marcar e imponer la estructura y el estilo narrativo que ésta necesita. En “Beatus Ille” pasa lo contrario, lógico por otra parte en una obra de un escritor primerizo, que la estructura y el estilo utilizado están muy por encima de la trama, quedando ésta disminuida y en un segundo plano, eclipsada, mientras que el protagonismo, algo difícil de soportar, recae sobre la metodología empleada, o dicho de otra forma, sobre las herramientas utilizadas para iluminar la historia. Este es el problema de esta novela, que la ambición del autor, que el afán por demostrar su valía, ha dejado una novela descompensada, de una arquitectura arriesgada, que no obstante, por su aparatosidad, deja al descubierto la debilidad de una historia que no se encuentra a su altura. No cabe duda, ninguna, que el esfuerzo para elaborar esta novela ha sido, ha tenido que ser descomunal, y que el resultado ha dejado al descubierto el potencial del autor, de un autor que trata de mostrar su valía, pero también, y esto es un problema, que debido a lo anterior, sus conocimientos literarios quedan demasiado expuestos, pues en muchas ocasiones es conveniente guardar, mantener guardado en el bolsillo el arsenal que uno posee, en beneficio de lo que se desea contar, ya que en caso contrario, todo puede aparecer demasiado embarullado, que es lo que ocurre en este novela.
En tres partes perfectamente delimitadas, en “Beatus Ille” se narra una historia en donde se descubre un asesinato cometido en plena guerra civil, cuando Mágina aún estaba en poder de las fuerzas leales a la República, y que consiguió trocar la vida de dos inseparables amigos. El descubrimiento, un poco por casualidad, lo realiza alguien que con el pretexto de realizar un trabajo sobre uno de esos amigos, que fue escritor, encuentra acomodo en esa vieja casa en donde muchos años atrás se produjo tal suceso. Es una historia bien montada, aunque sin ningún tipo de trascendencia, pero a pesar de ser bastante rocambolesca, como dije con anterioridad, queda sepultada por los excesos literarios con los que el autor trata de desarrollarla.
No obstante, pese a lo anterior, esta novela pudo en su momento servir para descubrir a un joven autor, que a pesar de sus excesos iniciales, podía con posterioridad, como así ha sido, aportar una voz distinta a las que en ese momento había. Muñoz Molina, como se observa en esta novela, desde un principio se posicionó al lado de los que siempre han defendido una literatura seria, una literatura trabajada y siempre rigurosa, manteniéndose alejado por tanto, de aquellos que en todo momento la han entendido como un juego o como un divertimento. Desde un principio, por tanto, el autor jiennense se mostró como un autor serio, como alguien que apostaba por una literatura sin concesiones, actitud que ha mantenido hasta la fecha, independientemente del resultado obtenido en las diferentes obras que hasta el momento ha publicado.

Domingo, 29 de julio de 2012

No hay comentarios: