LECTURAS
(elo.254)
BEATUS
ILLE
Antonio
Muñoz Molina
Booket,
1986
Desde
hace demasiado tiempo tenía interés en leer esta novela de Muñoz
Molina, novela que a pesar de ser la primera que escribió, era la
única que de él no había leído. Tenía ganas, porque en una
primera obra, siempre, o casi siempre, se puede encontrar la apuesta
que ese autor está dispuesto a realizar, y el lugar, del vasto
territorio de la literatura, al que desea encaminarse. En una primera
novela se pone todo lo que se tiene, y a veces más, pues todo autor
se juega en ella su futuro. Por eso, porque Antonio Muñoz Molina
siempre me ha interesado como novelista, tenía interés en leer
“Beatus Ille”, aunque imaginaba, que esa primera novela se
inscribiría dentro de su primer periodo, y que sería muy parecida,
en el fondo y en la forma a “El invierno en Lisboa” y a
“Beltenebros”, que son precisamente las novelas, por su carácter
“cinematográfico”, que de él menos me han interesando. Para
colmo no tenía referencias de ella, no sabía de qué trataba,
posiblemente porque es su novela menos leída, y que además de ser
difícil de encontrar, hoy sólo se lee por eso, por ser la primera
novela de uno de los más importantes novelistas de nuestro país.
Tengo
que reconocer que “Beatus Ille” me ha sorprendido, sobre todo su
primera parte, pues nunca pude imaginar que se tratara de una novela
de tales características, que un autor tan joven, afrontara una
aventura de tal envergadura, dejando sobre la mesa todas sus cartas,
todas sus influencias, sabedor, que con una novela de este tipo, como
mucho, en el mejor de los casos, sólo podría llamar la atención de
un puñado de críticos, al tiempo que pasar desapercibido ante el
gran público, actitud que puede acabar con una carrera literaria
recién comenzada.
Después
de leída la novela, no cabe duda que su apuesta estaba dirigida
hacia la novela de calidad, a un tipo de literatura que va más allá
de contar simplemente una historia, lo que sin duda tuvo que llamar
la atención en su momento, al igual que la ambición que se puede
encontrar en sus páginas, una ambición suicida sólo posible en un
joven de veintiséis años, en un joven apasionado por la literatura.
Al
principio me llamaron la atención dos circunstancias, el alambicado
estilo utilizado, la complejidad de la forma elegida para contar la
historia, la lucha constante que realiza el autor para huir de la
linealidad expositiva, y la aparición de un escenario que volverá a
aparecer repetidamente en su obra, sobre todo en su novela más
importante y emblemática, en “El jinete polaco”. También, y
sólo una vez ordenadas todas las piezas de la historia, lo
rocambolesca de ésta, lo poco creíble que resulta su elaborada
trama, mucho más cinematográfica que literaria, en donde, como
ocurre en estos casos, todo cuadra con demasiada facilidad, aunque
aportando al final un desenlace no por inesperado excesivamente
gratuito.
Sí,
porque aunque la novela al principio sorprende, poco a poco se va
viniendo abajo, resultando dificultosa, sobre todo porque el tema de
la misma carece de la fuerza suficiente como para tirar del lector,
para que éste vaya superando las dificultades que va encontrando en
la lectura, porque lo importante, y esto lo ha aprendido con rapidez
Muñoz Molina, la historia es lo que tiene que marcar e imponer la
estructura y el estilo narrativo que ésta necesita. En “Beatus
Ille” pasa lo contrario, lógico por otra parte en una obra de un
escritor primerizo, que la estructura y el estilo utilizado están
muy por encima de la trama, quedando ésta disminuida y en un segundo
plano, eclipsada, mientras que el protagonismo, algo difícil de
soportar, recae sobre la metodología empleada, o dicho de otra
forma, sobre las herramientas utilizadas para iluminar la historia.
Este es el problema de esta novela, que la ambición del autor, que
el afán por demostrar su valía, ha dejado una novela descompensada,
de una arquitectura arriesgada, que no obstante, por su aparatosidad,
deja al descubierto la debilidad de una historia que no se encuentra
a su altura. No cabe duda, ninguna, que el esfuerzo para elaborar
esta novela ha sido, ha tenido que ser descomunal, y que el resultado
ha dejado al descubierto el potencial del autor, de un autor que
trata de mostrar su valía, pero también, y esto es un problema, que
debido a lo anterior, sus conocimientos literarios quedan demasiado
expuestos, pues en muchas ocasiones es conveniente guardar, mantener
guardado en el bolsillo el arsenal que uno posee, en beneficio de lo
que se desea contar, ya que en caso contrario, todo puede aparecer
demasiado embarullado, que es lo que ocurre en este novela.
En
tres partes perfectamente delimitadas, en “Beatus Ille” se narra
una historia en donde se descubre un asesinato cometido en plena
guerra civil, cuando Mágina aún estaba en poder de las fuerzas
leales a la República, y que consiguió trocar la vida de dos
inseparables amigos. El descubrimiento, un poco por casualidad, lo
realiza alguien que con el pretexto de realizar un trabajo sobre uno
de esos amigos, que fue escritor, encuentra acomodo en esa vieja casa
en donde muchos años atrás se produjo tal suceso. Es una historia
bien montada, aunque sin ningún tipo de trascendencia, pero a pesar
de ser bastante rocambolesca, como dije con anterioridad, queda
sepultada por los excesos literarios con los que el autor trata de
desarrollarla.
No
obstante, pese a lo anterior, esta novela pudo en su momento servir
para descubrir a un joven autor, que a pesar de sus excesos
iniciales, podía con posterioridad, como así ha sido, aportar una
voz distinta a las que en ese momento había. Muñoz Molina, como se
observa en esta novela, desde un principio se posicionó al lado de
los que siempre han defendido una literatura seria, una literatura
trabajada y siempre rigurosa, manteniéndose alejado por tanto, de
aquellos que en todo momento la han entendido como un juego o como un
divertimento. Desde un principio, por tanto, el autor jiennense se
mostró como un autor serio, como alguien que apostaba por una
literatura sin concesiones, actitud que ha mantenido hasta la fecha,
independientemente del resultado obtenido en las diferentes obras que
hasta el momento ha publicado.
Domingo,
29 de julio de 2012
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