viernes, 14 de octubre de 2011

Gomorra


LECTURAS

(elo.223)


GOMORRA

Roberto Saviano

Debolsillo, 2006

Incluso después de leer este texto, Italia me sigue pareciendo una incógnita, pues sigo sin comprender lo que se esconde debajo de ese país, sin entender su estructura oculta, que tiene que ser de una solidez extrema, o por el contrario de una flexibilidad asombrosa, para a pesar de todo lo que sucede en él, aún no haya estallado en mil pedazos. Hace años, Italia era el paraíso de la izquierda, en donde un partido comunista, el PCI, que se proclamaba leal al sistema democrático, siempre parecía estar a punto de tomar el poder gracias a los votos de la ciudadanía. Por otra parte, el mundo de la moda, del diseño en todos sus campos, parecía tener su epicentro en el país transalpino, con empresas de vanguardia, que hacían que la marca “Hecho en Italia”, poseyera un valor añadido difícil de igualar. Pero en contrapartida la vida política italiana, en los últimos años ha degenerado hacia un populismo vergonzoso, dando incluso la sensación de que el país se encuentra a punto de su disgregación, de partirse en dos, ya que parece que poco tiene que ver el norte rico y vigoroso con ese sur abandonado a las subvenciones y a la mano de Dios. Aunque parece difícil de comprender, la chabacana derecha que desde hace tiempo ocupa el poder, una derecha populista y demagógica, parece contar con un apoyo electoral suficientemente amplio como para permanecer gobernando los hilos de ese país, al tiempo que la izquierda, hasta hace no tanto tiempo modélica, da la sensación de que ha perdido definitivamente el norte. Y frente a todo ello, o revuelto a todo ello, la mafia, y todas las organizaciones que la conforman.

Creí que el libro de Saviano, que el famoso libro de Saviano, me iba a ayudar a comprender mejor el fenómeno de la mafia, pero al parecer ese no era el objetivo del autor, sino el de mostrar, en lugar de las causas que la hicieron y la siguen haciendo posible, los efectos reales que su existencia provoca en la sociedad italiana. Saviano, pone frente a los lectores, un documentado trabajo, gracias al cual intenta demostrar, que las organizaciones mafiosas italianas poco tienen que ver con la imagen que de ellas se tiene, al ser, al constituirse en consolidados complejos empresariales y financieros, en muchos casos globalizados, y siempre muy rentables, que se han adaptado a la perfección a las nuevas dinámicas del neoliberalismo financiero. Para Saviano, el origen de los capitales con los que trabaja la mafia, es producto de su actividad delictiva, pero esos capitales que generan, que a veces son muy abultados, entran en poco tiempo, una vez lavados, con absoluta facilidad en los canales de la economía legal. Para el periodista italiano, la gran singularidad de la mafia consiste, en que en lugar de acabar con la economía delictiva criminal cuando ésta le ha aportado el suficiente capital, sigue utilizándola como si se tratara de un afluente caudaloso, para aumentar sus inversiones legales, que a su vez van multiplicando y sosteniendo sus diferentes actividades económicas en todo el mundo. Según Saviano, las organizaciones mafiosas en la actualidad, ya no son el sistema de protección y de lealtad que pudieron ser en un principio, sino que se conforman como un holding económico y financiero, y no solamente como organizaciones criminales.

Sí, el origen de las organizaciones mafiosas parece que son evidentes, sociedades secretas, que nacen en el sur de Italia, y que tienen por objeto la protección de sus afiliados, los cuales, a cambio de dicha protección ofrecían lealtad. Esas sociedades, que en sus inicios poseían unas estructuras casi familiares, tuvieron su sentido y su justificación a causa de la debilidad del Estado Italiano, que en muchas ocasiones delegaban en estas organizaciones parte de sus competencias, como la seguridad y la cohesión social, a cambio evidentemente, de cerrar los ojos hacia determinadas actividades con las que se financiaban, y que a la postre, siempre resultaban poco ortodoxas. Esas organizaciones, en cierta medida, representaban el estado del bienestar de los sin estado, de los más humildes, de ahí, como hoy ocurre con determinadas organizaciones islamistas del norte de África, su gran arraigo social. Pero hasta no hace mucho tiempo, estas organizaciones estaban asentadas en unos ámbitos muy determinados, en donde ejercían sus actividades, pero de un tiempo a esta parte, como bien apunta Saviano, gracias a las enormes remesas de capitales que consiguen de sus actividades ilícitas, han apostado por la economía globalizada, adaptándose a la perfección a las actuales y hegemónicas prácticas financieras, gracias a las cuales, han conseguido multiplicar los rendimientos de sus capitales.

El problema de estas organizaciones en la actualidad, no son sus inversiones legales, ya que a determinados niveles, a nadie le interesa de dónde provienen dichos capitales, sino la actividad delictiva y criminal que siguen ejerciendo, que están consiguiendo poner en jaque, tanto al Estado como a la sociedad italiana.

Cuando el único objetivo de estas organizaciones, como se ha demostrado, ya no es otro que el rendimiento económico, los efectos negativos que producen en las sociedades en las que se asientan resultan demoledores, ya sea en el plano de la salud pública, a causa del tema de la drogadicción, del ecológico, pues están consiguiendo que el sur de Italia se esté configure como un enorme vertedero, o en el pedagógico, al interiorizarse en la población que sólo delinquiendo es posible elevar significativamente el nivel económico en el que se vive, etc., convirtiéndose de esta forma en un enorme y contagioso cáncer que necesariamente hay que extirpar. Sí, porque este es el grave problema, la putrefacción social que provocan las actuaciones mafiosas, que no sólo absorben toda la energía vital de la población, sino que, consiguen que ésta piense, que se tratan de actividades normales y perfectamente homologadas.

Para colmo, Saviano, señala hacia un tema que me parece bastante interesante, la semejanza que en determinadas cuestiones existen entre el sistema económico neoliberal y “la economía criminal” de la mafia. Ambas, de forma independiente a lo que pueda ocurrir a su alrededor, sueñan con un beneficio rápido, al estimar que éste, el beneficio, y contra más abultado mejor, es el único objetivo de toda actividad económica.

El texto no es fácil de leer, no porque su prosa sea compleja, no, ya que es demasiado diáfana, sino por el hecho, de que divididos por temas, el autor no deja de aportar datos tras datos sobre la forma de actuar de estas organizaciones, lo que provoca en el lector cierto cansancio. Se echa de menos, al menos yo lo he echado, una mirada de más altura, que conjugada con la que se realiza, proporcione una visión más teórica (sociológica) de la cuestión, pues los datos pedestres, a veces, sólo pueden comprenderse desde una visión global.


Domingo, 15 de mayo 2011


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