LECTURAS
(elo.276)
AFTER
DARK
Haruki
Murakami
Tusquets,
2004
Hasta
la lectura de esta novela, había mantenido una opinión bastante
negativa sobre la literatura de Murakami, y eso a pesar, de voces
cercanas que me decían que era uno de los novelistas más
interesantes e innovadores que estaban publicando en la actualidad.
Estimaba que sus novelas eran demasiado crípticas, y que sus
historias, cuando se conseguían descifrar, en contra de lo esperado,
resultaban bastante banales, estando más cerca de los libros de
autoayuda que de la complejidad poliédrica de nuestra realidad.
Acabo de leer “After dark”, y aunque al principio me quedé con
el mismo sabor de boca que cuando leí “Kafka en la orilla” o “Al
sur de la frontera, al oeste de sol”, me sorprendió cuando me paré
a analizarla con detenimiento, ya que la novela me estalló entre las
manos, lo que me obligó a pensar que las lecturas que con
anterioridad había efectuado del autor no fueron acertadas,
dejándome al descubierto que llegué a ellas cargado de prejuicios
que ahora se han desvanecido por completo, y que me tienen que
obligar a releer con otros ojos la obra del japonés, o lo que es lo
mismo, con los ojos más abiertos. Hace no mucho escuché a un
crítico decir, con respecto a Murakami, que se trataba de un peso
pesado medio, lo que sin duda significaba, que se trataba de un
escritor que a pesar de estar literariamente muy capacitado, no
conseguía entrar en el club de los mejores, en el que se encontraban
los novelistas de referencia, pero que sí poseía un lugar asegurado
en esa segunda fila, tampoco muy poblada, hasta la que sólo se puede
llegar mediante la calidad y el buen hacer. Me llamó la atención
que ese crítico encajara a Murakami en ese estadio, pues como dije
más arriba, no tenía muy buena opinión del japonés, al que
situaba entre aquellos escritores de moda, circunstanciales, al que
para colmo le ayudaba, y mucho, su exótica forma de hacer
literatura.
Debido
a esos prejuicios, que evidentemente se sustentaban en una mala
lectura, trataba de evitar acercarme a sus novelas, pues para colmo
tampoco me interesaban sus escenografías, en donde la sombra de
Kafka siempre volaba demasiado bajo, de un Kafka menor, creando
guiños e imágenes que por supuesto quedaban bien de cara a la
galería, creando inquietud en la trama, pero que final, y esa era mi
opinión, sólo conseguían ocultar la debilidad de las mismas.
“After
dark” es una novela extraña, como casi todas las del autor, que
habla de la necesidad que una joven tenía de salir de su mundo,
aunque sólo fuera por una noche, ya que en él se veía y se sentía
insignificante. Para ello Murakami crea un escenario perturbador, el
de la otra ciudad, el que queda cuando parte el último tren de la
noche, en donde todo resultaba distinto. La novela se narra desde un
extraño “nosotros” que tiene la capacidad de observarlo todo,
incluso a través “de los ojos de un ave nocturna que vuela muy
alto”. El escenario creado resulta inquietante, y también la
narración, pues paralelamente a la historia troncal, se narra una
extraña y kafkiana subhistoria, que al final se intuye que consiste
en un sueño, en el sueño que de forma obsesiva tiene la hermosa
hermana de la protagonista, que llevaba, por decisión propia, dos
meses durmiendo cansada de la vida que llevaba, pero a la que
curiosamente todos envidiaban. Es una novela que habla de muchos
mundos sobrepuestos, de la soledad y del ensimismamiento, del
aislamiento que todos padecemos en las funcionales ciudades que
habitamos. Pero al mismo tiempo también lo es de esperanza, pues
todo consiste, según parece querer decir el autor, en que es
necesario salir del agujero en que cada cual se encuentra instalado,
para poder observarlo todo desde una perspectiva más adecuada.
Prueba de lo anterior, es que los dos protagonistas de la novela, al
final de la misma, se encuentran dispuestos a comenzar una nueva
vida.
No
obstante, me parece demasiado débil el mensaje optimista que aporta,
excesivamente zen para el desolador cuadro que expone, pero tengo que
reconocer que el lienzo que deja está bien pintado, con una prosa
concisa y eficaz, sin ornamentos de ningún tipo que hace posible que
la novela se deje leer sin contratiempos, que es posiblemente lo que
busquen los nuevos lectores que van surgiendo, que con toda
seguridad, serán los mejores seguidores del japonés. También hay
que destacar que la literatura de Murakami está repleta de imágenes,
de imágenes que se quedan grabadas en la mente del lector, en donde
se puede apreciar una notable influencia cinematográfica, pues el
autor, con una enorme economía de medios, de medios literarios,
busca siempre el camino más fácil, pero al mismo tiempo el más
impactante, sin perderse en ningún momento en digresiones que
pudieran perturbar o enturbiar dicho objetivo. Lo anterior quiere
decir que la suya es una literatura innovadora, cuyo principal
defecto puede que sea, lo descompensado que se encuentran los temas
que trata con respecto al “aparataje” que utiliza para
mostrarlos, lo que también, no cabe duda, se encuentra a la altura
de los tiempos que vivimos.
Dicho
lo anterior, creo que a partir de ahora leeré desde otra óptica
las novelas que me lleguen de él, pues “After dark” me ha
servido, al menos, para modificar la visión que hasta ahora había
mantenido sobre Murakami, al que consideraré tal y como realmente
es, como un interesante novelista.
Sábado,
9 de marzo de 2013