LECTURAS
(elo.248)
PERSUASIÓN
Jane
Austen
Alba,
1818
Tenía
la intensión, con cierto voluntarismo, de leerme con el tiempo toda
la obra de Jane Austen, y esta novela que acabo de terminar tenía
que ser, porque fue la última que escribió, la que leyera al final,
pero como casi siempre ocurre, una cosa es lo que se piensa y otra
muy distinta lo que se acaba por hacer. Lo cierto es que he
entrometido “Persuasión” en el orden sistemático de lecturas
que pretendía llevar a cabo de la autora británica, novelista que
hasta ahora me estaba llamando poderosamente la atención, y digo
hasta ahora, porque la lectura de esta obra, tildada por muchos como
su novela de madurez, me ha resultado insípida e irrelevante.
Hace
poco, alguien que disfruta mucho leyendo a Austen, indignada, me
comentó que había escuchado varios comentarios negativos sobre esta
novela, entre los que me destacó uno que decía, que la obra en
cuestión parecía precursora de las novelas de Corín Tellado,
autora de relatos amorosos, de la que, creo que afortunadamente, aún
no he leído nada. Naturalmente le dije que me resultaba excesivo, y
se lo dije de corazón, pues el tipo de literatura que realizó
Austen sólo pudo ser posible en su época, y en todo momento hay que
incluirla dentro de la literatura de evasión o de entretenimiento,
que no se puede olvidar que era la única función de la novela en
esa periodo, sobre todo de aquellas que escribían las mujeres,
aunque hay que reconocer, porque es de rigor, que ella intentó
dibujar, de forma crítica, con fina ironía, la estructura de la
clase social a la que pertenecía, centrándose concretamente, en el
absurdo papel que en la misma se le asignaba a las mujeres.
La
verdad es que la forma de escribir de Austen no es precisamente
vanguardista, por lo que cualquier lector de nuestros días, sobre
todo si es lector y no lectora, tiene que saber a dónde se acerca,
pues en un primer momento, cuando observe el estilo utilizado y las
temáticas que afronta la británica, es posible, muy posible que
abandone la lectura en el acto. Pero también hay que subrayar, sobre
todo si se tiene siempre presente, que por ejemplo, esta novela fue
escrita en 1818, fecha desde la que ha llovido bastante, que la
actual literatura de evasión tampoco ha cambiado tanto como en un
principio se pudiera suponer, además de que también hay que tener
cuenta, que al menos Austen, aspiraba a algo más que a ese mero
entretenimiento que a tantos conforma en la actualidad.
“Persuasión”
ante todo me ha aburrido, y eso de que se trataba de una de las
novelas que más interés tenía de leer de la autora, y me ha
aburrido, porque a pesar que al igual que sus anteriores obras tiene
un argumento bastante previsible, en los que sin dificultad se puede
intuir lo que al final iba a ocurrir, le falta lo que hacía
soportable a las restantes, sobre todo a las primeras, la ironía de
algún que otro personaje y la ingenuidad de la estructura narrativa,
circunstancias ambas que conseguían oxigenar esas lecturas de forma
más que aceptables. Se dice que “Persuasión” es la obra de
madurez de Austen, su obra de más altura, pero desde mi punto de
vista esa madurez, que por norma general siempre es lo más alabado
de cualquier autor, ofrece una influencia negativa en su obra, ya que
esa perfección formal que consigue desactiva y vulgariza la novela,
de suerte que “Persuasión” no aporta absolutamente nada ni a la
obra de la autora, ni por supuesto al lector, que se encuentra ante
una novela con una historia anticuada y de la que nada se puede
subrayar.
No
cabe duda de que los personajes, la problemática y el desenlace son
claramente austenianos, pero sorprende de que a pesar de que todo
parece más consolidado, de que todo esté mejor construido, el
resultado de la novela sea tan pobre, muy por debajo de lo que de
ella se podía esperar, sobre todo para los que hemos leído sus
obras iniciales, convirtiéndola en una novela desfasada que carece
de esa atmósfera, de esa gracia, que hacen que algunas obras
literarias se conviertan en imperecedera.
La
protagonista de la obra, es persuadida en su juventud por su familia
y por su mejor amiga para que no aceptara la oferta de compromiso que
le ofrece el hombre del que estaba enamorada, pues carecía de
fortuna y de unos orígenes familiares a la altura de los suyos.
Pasaron los años y no apareció ningún otro hombre en su vida,
hasta que de forma inesperada, de nuevo surge en la escena de su
existencia el hombre al que rechazó, con el que después de algunos
contratiempos, y debido también al importante hecho de que ya poseía
fortuna propia, aceptó como pretendiente con el beneplácito de
todos. Ni que decir tiene que un argumento de estas características,
si no se adereza correctamente, poco le puede llegar a interesar a un
lector actual, y es lo que en el fondo ocurre con esta novela, que no
se encuentran en ella elementos los suficientemente atractivos, no
sólo para poder disfrutar de ella, sino incluso para poder llegar a
terminarla.
Indudablemente
“Persuasión” es la novela más equilibrada de Austen, la mejor
construida, pero eso no significa que sea su mejor obra. “Orgullo y
prejuicio” que sin duda alguna posee indudables problemas
estructurales, es mucho mejor novela, lo que obliga a pensar, que
esto de la literatura es algo mucho más complicado de lo que parece.
“Persuasión”, y en esto también tienen razón los críticos, es
su obra mejor elaborada, la que está construida con mejores
materiales, pero le falta “la magia”, el encanto y la soltura que
hace que una novela objetivamente perfecta no pase de ser una obra
correcta, de esas que nunca quedarán en la memoria de los lectores.
Viernes,
16 de junio de 2012
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