jueves, 5 de marzo de 2009

La piedra lunar


(elo.148)

 

LA PIEDRA LUNAR

Wilkie Collins

Libro de Bolsillo, 1.860

Tengo que anotar en primer lugar, que en circunstancias normales, en ningún momento se me hubiera pasado por la cabeza intentar leer esta novela, ya que los novelones decimonónicos, que siempre se encuentran tan cercanos al folletín, no son precisamente el tipo de literatura que más me interesa. No obstante, me he visto empujado a buscar y a leer esta novela, de la que curiosamente nunca había oído hablar, dejándome una vez concluida, un cúmulo de sensaciones que creo conveniente dejar sobre el papel.  En primer lugar, diré, que pese a la modernidad que algunos le atribuyen, “La piedra lunar” es una obra extraña e irregular, que sólo se sostiene, gracias a la estructura que el autor impone a la trama, y a la personalidad de algún que otro personaje, que pese a no lograr salir del estereotipado molde que el autor impone a todos ellos, consigue seducir en buena medida al lector. En mi caso, el primer narrador, sin duda alguna el más logrado, fue el que me empujó a  introducirme en la novela convenciéndome de que podría valer la pena su lectura, pues su sentido del humor, y su peculiar forma de entender lo que ante él acaecía, me aportaron los elementos que necesitaba para zambullirme en una obra de la que esperaba poco, pese a lo bien que todo el mundo me hablaba de  ella. También tengo que anotar, que ante todo es una novela de personajes, lo que queda subrayado, por el hecho, de que el autor les da la palabra a ellos, para que desde sus diferentes perspectivas, narraran los acontecimientos tal y como cada uno de ellos los habían vivido. Esto precisamente es, lo que más me ha interesado, lo que esencialmente me ha llamado la atención, por no decir lo único, de esta novela que en el fondo no aporta otra cosa, vista en su conjunto, que la posibilidad de pasar con ella una semana de agradable lectura. Los expertos dirán, que en ella aparece el germen de la novela negra actual, lo que puede  que justifique, que pese al tiempo que tiene sobre sus espaldas, siga siendo una obra que consigue hacer disfrutar a la mayoría de los que hasta ella se acercan. Bien, estoy de acuerdo de que se trata de una novela moderna, pero sólo en el hecho, de que es una obra que vela por el lector, de esas que aspiran a que éste no se aburra nunca, para lo que Collins emplea un sin fin de trucos, algo que exigían las novelas por entrega de la época (hay que recordar que el inglés fue un autor de éxito en su momento), que hace posible en buena medida que la novela no se caiga nunca. En este hecho sí puede encontrarse la modernidad de “La piedra lunar”, al ser una de las predecesoras de la actual novela mayoritaria, de la novela de entretenimiento, que son las que en la actualidad, abarrotan los estantes de nuestras librerías. Por ello me sorprende, que lectores que no paran de criticar este tipo de novelas, se entusiasmen con la obra de Wilkie Collins, encontrando en ellas sólo virtudes, sin pararse a comprender, que lo que tanto elogian en ellas, es lo que aborrecen de los superventas actuales. Una novela, cualquier obra literaria, debe en primer lugar enfrentarse a una crítica global, que es la esencial, para con posterioridad, afrontar un examen de sus partes. Ese es el motivo, por el que me choca, que algunos defensores de “La piedra lunar”, con la intención de justificar sus buenas críticas a la novela, en lugar de afrontar esa visión global de la misma, sin preámbulo previo, pasen a analizar las diferentes partes que componen dicha obra, como si la suma de sus partes, de ésta o de cual   quier otra novela, tenga que suponer o garantizar la calidad de una determinada obra literaria. “La piedra lunar, es una voluminosa novela, que queda lejos, bastante lejos, de los parámetros que hoy definen la literatura de calidad, pero se asienta en un lugar cercano, por no decir dentro, de lo que siempre se ha entendido por literatura popular, siendo este el motivo, por el que aún consigue reeditarse sin parar y que goce de tan buena acogida dentro de la comunidad de lectores.

                        Es una novela que se lee bien, aunque tengo que reconocer, que ha habido fragmentos que me han resultado insufribles, cuyo objetivo, como dije un poco más arriba, parece que radica exclusivamente, en conseguir que el lector pase un buen rato, un prolongado rato agradable, mientras que se entretiene observando, como los protagonistas tratan de narrar lo que realmente ocurrió con “La piedra lunar”. Por lo pronto, en contra de lo que en principio pensé, dejaré para más adelante, la lectura de su otra obra emblemática, “La dama de blanco”, pues no estoy capacitado, por lo menos durante un tiempo, para soportar otra lectura de las mismas características.

 

Miércoles, 4 de febrero de 2.009

 

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